"Y jamás encontraremos la felicidad buscando la gratificación del deseo, pues cada deseo satisfecho da nacimiento a un nuevo deseo; y la felicidad no consiste en tener más cosas de las que uno ya posee, ni en aumentar las satisfacciones del deseo, sino en transmutar el deseo por lo transitorio en aspiración por lo Eterno, y en el completo cambiar de nuestro carácter, de aquello que busca recibir goce hacia quello que busca darlo. Y así, poco después por esta ausencia de satisfacción, que es dolor, surge en el alma la realización de que no es éste el camino, y se siente cansada del cambio. Todos los objetos externos de cuerpo y de mente, pierden su fuerza atractiva. Fué hacia los sentidos y fracasó; se reconcentró después a la mente; pero como la mente es algo externo, desde el punto de mira del espíritu, fracasó también. Siempre abatido por el dolor y por la carencia de satisfacción que es el más fastidioso dolor de todos, al fin aprende su lección y vuelve de aquello que es externo a lo que es interno, pone sus pies en el sendero que conduce desde el deseo hasta la realización del Ser y encuentra el principio de la Paz, el primer contacto con lo real, la satisfacción esencial."